Like a Prayer






En 1989 su cuarto álbum de estudio, "Like a Prayer", gozó de buenas críticas. "Like a Prayer" se presentaba como un trabajo mucho más reflexivo y personal que los anteriores, en el que se combinaban momentos de pop romántico y dance ("Express Yourself", "Cherish") con temas de gran intensidad emotiva ("Oh Father", "Like a Prayer", "Promise to Try"). El álbum esta considerado entre los 50 mejores álbumes de la historia y la cancion del mismo nombre entre las 100 mejores canciones.
El disco literalmente debutó como n.° 11 en Estados Unidos, aunque tres semanas después alcanzó el codiciado n.° 1 dentro del Billboard 200 (su tercer álbum número uno en Estados Unidos), el disco se mantuvo en dicha posición durante seis semanas consecutivas hasta alcanzar el platino al mes de su lanzamiento. El álbum permaneció un total de 77 semanas en el Billboard 200 y alcanzó ventas por cuatro millones de unidades en EE.UU. y de 1.2 millones en Reino Unido. El disco vendió 5 millones de copias en América y más de 13 millones de ejemplares en el mundo entero. Además le dió a Madonna un nuevo #1 con la canción del mismo nombre del álbum, "Like a Prayer" (su séptimo sencillo #1 en Estados Unidos y el sexto #1 de Madonna en Reino Unido), colocando cuatro sencillos posteriores al primerdo dentro del Top 20, como "Express Yourself" en el n.° 2, "Cherish" en el n.° 2, "Oh Father" en el n.° 20 y el último single "Keep it Together" en el n.° 8 dentro del Billboard Hot 100. Curiosamente, el nunca lanzado "Dear Jessie" en EE.UU., alcanzó el n.° 5 en Reino Unido.
En 1990, el single "Vogue", apoyado en una producción dance-house a cargo de Shep Pettibone, se convierte en el éxito que consagró de forma definitiva y a nivel mundial a la artista estadounidense.